Sencillo en ingredientes y elaboración, este plato es una autentica maravilla y como veréis posibilita muchas variantes.
Para cuatro personas.
* Picamos las cebollas y los dos dientes de ajos blancos, los agregamos en una cazuela con aceite caliente, antes de que se doren, agregamos la carne, rehogamos 5 minutos a fuego fuerte, removiendo.
* Agregamos los tomates frescos pelados y cortados en dados o triturados según nuestro gusto.
* Agregamos la pizca de azúcar y el vino tinto (si nos apetece), de esta manera el tomate perderá acidez.
* Agregamos la sal el laurel y el orégano.
* Si hemos utilizado tomates naturales, lo dejamos con fuego bajo durante unas dos horas, si el tomate era frito, unos 40 minutos.
* Siempre podemos probar e ir corrigiendo, una manera de hacerlo es mojar un pedacito de pan y saborearlo.
* Cuando nos parezca que esta bien, le agregamos el pimentón, dejamos un par de minutos y retiramos del fuego.
* Dejamos reposar unos 5 minutos y le agregamos los ajos negros.
* La pasta elegida, la hervimos el tiempo aconsejado por el fabricante, en abundante agua salada. Escurrimos, la volcamos en una fuente profunda si es posible de barro o cerámica, le agregamos inmediatamente unas cuantas cucharadas de la salsa de tomate para que se frene la cocción y no se peguen.
* Emplatamos y cubrimos con abundante salsa de tomate.
Llevamos a la mesa, donde y si nos gusta, le espolvoreamos un buen queso rallado. SI ESTUVIERAMOS EN ARGENTINA PODRIAMOS DECIRLE A LOS COMENSALES “ESPERO QUE LES GUSTEN ESTOS FIDEOS CON TUCO”.
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